[EDITORIAL]: CUANDO LA VIDA DEJA DE IMPORTARNOS
- prensacafe
- 23 jul 2015
- 2 Min. de lectura

Foto: sinembargo.mx
Se dice que el ser humano es adaptable a cualquier tipo de situación. Estamos convencidos de ello. La prueba más fehaciente es que nos hemos adaptado muy cómodamente a vivir con la crueldad como protagonista de gozos y aplausos.
Escudándose bajo el nombre de la cultura y el arte asimilamos la tortura y el maltrato como parte de nuestra idiosincrasia. Así, lo que en tiempos de la cultura grecolatina era un culto al toro y su sacrificio un ritual, hoy es un mero espectáculo de sangre sin ningún trasfondo, llamado “corridas de toro”. Un mero espectáculo porque no existe, ni en el torero ni en los espectadores, la concepciòn mítica original.
En el mismo rubro se encuentran las peleas de gallos. Actividad que obliga a gallos batirse en una pelea (muchas veces a muerte) entre ellos. Para esto, los galleros le incrustan unas espuelas en sus patas sin importar el dolor que ello les ocasiona.
Sin embargo, el maltrato animal no solo se refleja en la violencia o crueldad hacia los animales sino también en las condiciones infrahumanas a las que son sometidos dentro de una actividad ilegal que lidera el mercado negro: el tráfico de animales.
El tráfico de animales silvestres, tercera actividad más lucrativa a nivel mundial, va penetrando con mayor fuerza nuestro territorio.
No obstante, se han presentados distintos proyectos de Ley en contra del maltrato animal. Uno de estos proyectos es el que presentó el ex legislador Isaac Mekler bajo la iniciativa legislativa popular.
Esta propuesta abarca todo tipo de maltrato desde los animales en cautiverio, abandonados, circenses, etc. Exceptuando las corridas de toros y peleas de gallos ya que estas actividades están reconocidas como manifestaciones culturales.
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